"Todo el presupuesto se invierte en el proceso de formación: contratación del profesorado, expertos, material didáctico, utillaje y herramientas necesarias para la formación práctica, actualización de equipamientos, software…", asegura Josefa Castillejo, Secretaria de Empleo y Formación de UGT Andalucía. "Aproximadamente el 50% de las especialidades que se impartirán este año a través de nuestra organización están vinculadas a los sectores de la dependencia, aeronáutica, nuevas tecnologías, transporte sanitario y energías", añade Castillejo. "Son, en este momento, los sectores de actividad que demandan más personal cualificado en nuestro tejido productivo".
El sindicato ofrecerá para 2012 casi 31.000 plazas de formación, la mitad de ellas para personas desempleadas (más de 16.000).
UGT Andalucía cuenta con la red de formación más extensa y completa de toda Andalucía. "Tenemos capacidad, instrumentos y herramientas para llegar a todas los rincones de la Comunidad", afirma la Secretaria de Formación y Empleo de UGT Andalucía. Este año, 2500 profesores impartirán estos cursos.
"A pesar de las dificultades actuales para el empleo, la formación adaptada a las necesidades de las empresas está siendo clave para encontrar trabajo", dice Castillejo.
La financiación de los programas de formación
Los programas de formación para personas desempleadas y trabajadoras en activo se financian con aportaciones del Fondo Social Europeo, de los propios trabajadores y trabajadoras en activo y de los empresarios.
UGT está obligada a justificar hasta el último euro del presupuesto de los programas de formación. Y lo hace según el procedimiento legalmente establecido. Además, tanto en formación como en el resto de programas que gestionamos, UGT Andalucía contrata auditorías externas acreditadas, pagadas por el sindicato, para comprobar el trabajo realizado. Con posterioridad la Administración, los verificadores de fondos europeos y la intervención de la Junta realizan sus propias auditorías. La no ejecución o la inadecuada justificación implica devolver los recursos a la Administración.
Inicialmente UGT Andalucía sólo recibe un porcentaje del presupuesto de los programas de formación aprobados. El resto es adelantado por el sindicato. Una vez que el programa es justificado y auditado, la Administración ingresa el porcentaje pendiente, siempre con un mínimo de tres años de retraso.